1. La cara de la creatividad. Es
la expresión creativa de la fuerza de la intención que nos proyectó, nos trajo
aquí y creó un entorno compatible con nuestras necesidades. La fuerza de la
intención tiene que ser creativa, porque en otro caso nada nacería. La cara de
la creatividad te dispone hacía una continua creatividad para que crees y
contribuyas a crear cualquier cosa sobre la que dirijas tu fuerza de la
intención. La energía creativa
forma parte de ti.
2. La cara de la bondad. Cualquier
fuerza a cuya naturaleza sea inherente la necesidad de crear y convertir la
energía en una forma física ha de ser bondadosa. Si en el corazón mismo de la
fuerza de la intención, que todo lo da, se albergara el deseo de no ser
bondadosa, de ser malévola o perjudicial, la creación resultaría imposible.
Pero la fuerza de la intención tiene una cara bondadosa. Es energía bondadosa
con la intención de que lo que está creando florezca y crezca, y que sea feliz
y plena. Decidir ser bondadoso es decidir activar en tu vida la fuerza de la
intención.
3. La cara del amor. La
tercera de las siete caras de la intención es la del amor Hemos de llegar a la
irrefutable conclusión de que existe una naturaleza que otorga la vida
inherente a la fuerza de la intención, ¿Cómo llamar a esta cualidad que
fomenta, amplía y apoya toda la vida sino amor? Es la fuerza impulsora
primordial del Espíritu universal de la intención. El campo energético de la
intención es puro amor que desemboca en un entorno vigorizante y de absoluta
cooperación. En él no se desarrollan la censura, el odio, la ira, el temor ni
los prejuicios. Por eso, sí fuéramos capaces de ver realmente ese campo,
veríamos creatividad y bondad en un campo infinito de amor. Esta cara de la
intención que es una expresión de amor solo desea que crezcamos y prosperemos,
que nos convirtamos en todo lo que somos capaces de convertirnos. Cuando no nos
encontramos en armonía con la energía del amor nos alejamos de la intención y
se debilita nuestra capacidad para activarla mediante la expresión del amor.
4. La cara de la belleza. La
verdad y la belleza son una y la misma cosa. De la verdad del espíritu creador
en una expresión de la fuerza de la intención surge la verdad como belleza.
Este saber lleva a ideas valiosas para ejercitar la voluntad, la imaginación y
la intuición individuales. Para comprender la importancia de la belleza como
una de las caras de la intención, hay que recordar lo siguiente: los pensamientos
bellos construyen un alma bella. Al hacerte receptivo a ver y sentir la belleza
que te rodea, sintonizas con la fuerza creadora de la intención que existe en
el interior de todo el mundo natural, en el que tú estás incluido. Al decidir
ver belleza en todo, incluso una persona nacida en la pobreza y la ignorancia
podrá experimentar la fuerza de la intención. Al buscar la belleza en las
peores circunstancias posibles con un propósito individual nos conectamos con
la fuerza de la intención. Y funciona. Tiene que funcionar. La cara de la
belleza siempre está presente, incluso donde los demás no ven belleza.
5. La cara de la expansión. La
naturaleza de este espíritu creativo funciona continuamente con el fin de
expandirse. El espíritu es una fuerza de formación. Posee el principio del
incremento, es decir, que la vida sigue expandiéndose para originar más vida.
Esta quinta cara de la intención adquiere la forma de lo que la expresa. No
puede ser de otra manera, porque, si su fuerza, que no deja de expandirse, no
se gustara a sí misma o se sintiera desconectada, solo podría autodestruirse.
Pero no funciona así. La fuerza de la intención se manifiesta como expresión de
la creatividad, la bondad, la belleza y el amor en expansión. Al establecer tu
relación personal con esta cara de la intención expandes tu vida por mediación
de la fuerza de la intención, que era, es y siempre será un elemento de esta
intención creadora. La fuerza de la intención es la que te permite expandir y
aumentar todos los aspectos de tu vida, sin excepciones.
6. La cara de la abundancia ilimitada. Es
la expresión de algo que no conoce límites, que está en todas partes al mismo
tiempo y es infinitamente abundante. No se trata sólo de que sea enorme, sino
de que no cesa jamás. Tú fuiste creado con este prodigioso don. Por eso tú
también lo compartes en la expresión de tu vida. Estás cumpliendo la ley de la
abundancia. Estos dones se te conceden libremente y a manos llenas, como se te
proporcionan el aire, el sol, el agua y la atmósfera con una abundancia
ilimitada. Si la cara de la fuerza de la intención es una abundancia ilimitada,
sabemos que lo mismo ocurre con nuestro potencial para manifestar y atraer
cualquier cosa a nuestra vida. La
cara de la abundancia no tiene límite alguno.
7. La cara de la receptividad. Sencillamente,
es receptiva a todo. No rechaza ni a nadie ni nada. Acoge a todos y a todo ser
viviente, sin enjuiciar nada, sin conceder la fuerza de la intención a algunos
mientras que se la niega a otros. La cara receptiva de la intención significa
que la naturaleza entera está a la espera de entrar en acción. Sólo se necesita
estar dispuestos a reconocer y recibir. La intención no puede responderte si tú
no logras reconocerla. Si ves que la casualidad y la coincidencia rigen tu
vida, la mente universal de la intención no te parecerá sino una amalgama de
fuerzas carentes de orden y poder. En términos más sencillos, no ser receptivo
significa negarte a tí mismo el acceso a la fuerza de la intención.
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