16 julio 2015

Arquitectura del Éxito



¿Es posible desarrollar un plan de éxito para nuestro proyecto de vida utilizando la misma metodología que utilizaría un arquitecto para diseñar los planos de un edificio?


Hay quienes piensan que el pretender desarrollar un plan de éxito tiene poco sentido ya que lo que ha de suceder en nuestra vida, sucederá independientemente de que esté en nuestros planes o no. Otros opinan que simplemente existen demasiados imprevistos, urgencias, crisis, interrupciones y emergencias que hacen virtualmente imposible la complementación de cualquier plan de acción.

Finalmente, están los que creen que el empeñarse en planear sus acciones y su tiempo, le quita libertad y espontaneidad a la vida, privándolos de la creatividad que requiere su trabajo o profesión. Lo curioso es que muchas de estas personas son las mismas que se quejan de estar siempre estresadas, trabajando más horas de las que quisieran y angustiadas por el hecho de estar prestando poca o ninguna atención a lo que consideran realmente importante.

Todo esto nos obliga a preguntarnos: ¿podemos ser espontáneos o creativos cuando estamos estresados, angustiados, trabajando hasta media noche por falta de planeación, o
corriendo siempre contra el reloj? ¡No! Es todo lo contrario, la libertad se gana cuando te aseguras de estar dedicando tu tiempo a aquello que es verdaderamente importante para ti.

Todos podemos diseñar una vida plena y feliz, rica en emociones y abundante en éxitos. Obviamente, no toda meta se hace realidad, ni todo lo planeado se lleva a cabo tal como fue concebido en un principio. Muchos sueños quedan truncados en el camino y otros pasan a un segundo plano en la medida en que cambian las circunstancias personales. El planear no garantiza el éxito ni asegura que viviremos plena y felizmente. Sin embargo, el no contar con un plan de vida, el vivir en la oscuridad en lo que respecta a nuestras metas y objetivos, y el no saber hacia donde nos estamos moviendo, sí garantiza nuestro fracaso.

Las personas no fracasan porque planeen su fracaso, sino porque no planean su éxito, y al no planear su éxito, ya están planeando su fracaso. Cuando alguien logra una gran meta, es común escuchar cosas como: “¡Qué suerte tuvo! ¡A aquel le tocó fácil! ¡Le llegó en bandeja de plata! ¡La suerte estuvo de su lado!” Pero lo cierto es que, pese a que muchos aún crean que el éxito es el resultado de la suerte, de la coincidencia o de la buena partida que nos haya jugado la vida, la verdad es que el éxito es la consecuencia de un plan de acción desarrollado y puesto en marcha a propósito. Y ese plan comienza con un conocimiento claro y preciso de las metas y objetivos que deseamos alcanzar en cada una de nuestras áreas.

Triunfar y ser feliz es una actitud, es no permitir que sean las circunstancias las que te digan cómo sentirte, es hacer lo que amas y amar lo que haces, es tener grandes expectativas, es saber que posees metas que responden a las diferentes facetas de tu vida y asegurarte que día a día caminas hacia la realización de todas ellas.

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