15 julio 2015

Cuatro pasos hacia la Intención


Activar la fuerza de la intención es un proceso que consiste en conectar con tu ser natural y deshacerte de la identificación del ego. El proceso se desarrolla en cuatro etapas:

1. La disciplina. Aprender una nueva tarea requiere entrenar el cuerpo para que actúe como lo desean tus pensamientos. Por eso, eliminar la identificación del ego no significa desconectarte de la relación con tu cuerpo, sino entrenarlo para activar esos deseos.


2. La sabiduría. Combinada con la disciplina fomenta tu capacidad para centrarte y tener paciencia a medida que armonizas tus pensamientos, tu intelecto y tus sentimientos con el trabajo de tu cuerpo.

3. El amor. Tras disciplinar el cuerpo con la sabiduría y estudiar intelectualmente una tarea, este proceso de maestría supone amar lo que haces y hacer lo que amas. En el mundo del comercio, yo lo denomino enamorarse de lo que ofreces y vender tu amor o entusiasmo a potenciales clientes.

4. La entrega. Ese es el lugar de la intención. Aquí es donde tu cuerpo y tu mente no llevan la batuta y te aproximas a la intención, «En el universo hay una fuerza inconmensurable, indescriptible, que le llaman "propósito", y absolutamente todo lo que existe en el cosmos está unido al propósito por un vínculo de conexión.» Cuando te entregas, te iluminas y puedes consultar a tu alma infinita. Entonces puedes acceder a la fuerza de la intención, que te llevará a donde crees que estás destinado a llegar. 

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