Activar la fuerza de la intención es un
proceso que consiste en conectar con tu ser natural y deshacerte de la
identificación del ego. El proceso se desarrolla en cuatro etapas:
1. La disciplina. Aprender
una nueva tarea requiere entrenar el cuerpo para que actúe como lo desean tus
pensamientos. Por eso, eliminar la identificación del ego no significa
desconectarte de la relación con tu cuerpo, sino entrenarlo para activar esos
deseos.
2. La sabiduría. Combinada
con la disciplina fomenta tu capacidad para centrarte y tener paciencia a
medida que armonizas tus pensamientos, tu intelecto y tus sentimientos con el
trabajo de tu cuerpo.
3. El amor. Tras
disciplinar el cuerpo con la sabiduría y estudiar intelectualmente una tarea,
este proceso de maestría supone amar lo que haces y hacer lo que amas. En el
mundo del comercio, yo lo denomino enamorarse de lo que ofreces y vender tu
amor o entusiasmo a potenciales clientes.
4. La entrega. Ese
es el lugar de la intención. Aquí es donde tu cuerpo y tu mente no llevan la
batuta y te aproximas a la intención, «En el universo hay una fuerza
inconmensurable, indescriptible, que le llaman "propósito", y
absolutamente todo lo que existe en el cosmos está unido al propósito por un
vínculo de conexión.» Cuando te entregas, te iluminas y puedes consultar a tu
alma infinita. Entonces puedes acceder a la fuerza de la intención, que te
llevará a donde crees que estás destinado a llegar.
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